Imaginemos a una persona en un día como cualquier otro, que sale de su trabajo y necesita hacer las compras del día. Imaginemos que esta persona se conecta a Internet con su teléfono y utiliza una aplicación móvil informativa, que le muestra el supermercado más cercano, los precios de los productos y las ofertas que hay. En definitiva, una aplicación móvil es un programa que nos facilita la vida cotidiana, como en este caso.

Más concretamente, el ejemplo que vimos es el de una aplicación usada como canal de ventas. No solo los supermercados sino también los centros comerciales o las universidades tienen la posibilidad de promocionar productos y servicios por este medio. Es una forma sencilla y efectiva de dar una respuesta a las necesidades cotidianas del cliente.